viernes, 11 de mayo de 2012
Los sin madre
Hace unas semanas fui invitada a una fiesta en una de las primeras casas de la colonia
Balbuena, ahí donde los aviones vuelan al ras de los árboles y hacen vibrar los tinacos de
las azoteas. El el lugar en el que bailábamos salsa y degustábamos tacos de barbacoa,
estaba decorado con fotos de aeronaves y pizarras con simuladores aéreos. Le pregunté
al anfitrión para qué se utilizaban. Me respondió que ese espacio se usó hasta hace unos
años como salón de clases para pilotos. Y me contó que, a principios de los setentas, su
abuelo fue piloto militar pero decidió dejar de ejercer después de ser forzado a pilotear
aviones para lanzar presos políticos en el mar del golfo de México, y negarse a hacerlo. A
su renuncia le precedió una profunda depresión que pudo librar únicamente dando cursos
a pilotos comerciales en la planta baja de su casa.
No pude evitar pensar obsesivamente en la activista Tania Ramírez hija de un
desaparecido político del que no se supo su paradero desde 1977. Ella no tuvo la
oportunidad de conocer a su padre porque cuando el sufrió la desaparición forzada, Tania
tenía apenas cinco meses de haber sido concebida. La guerra sucia en México nos dejó
marcados. A muchos hijos los dejaron sin padres, a muchas madres sin hijos y a muchos
profesionistas como el abuelo de mi amigo, los dejaron con el corazón deshidratado. El
drama se reproduce ahora, en un fenómeno en el gobierno debilita cualquier acto de
voluntad para dar solución a los cientos de casos en los que el crimen organizado ha
levantado personas y las ha desaparecido para siempre.
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1 comentario:
Sin duda un tema que han evitado y evadido unos y otros y otros con tal de continuar lucrando con sus intereses "en nombre de todos"
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