Tengo unos zapatitos rojos que con tres choques de mis pies producen magia. De niña quise siempre unos. Pero lo más rojo que me puse para caminar fueron unas botas de hule que le rogué a mi papá que me comprara un día que me llevo al
Taconazo por "calzado de disfraz" para el festival del Kinder. Así que recibirlos ahora es mágico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario