Las mañanas son brillantes, el viento nocturno se lleva las nubes.
Se siente un frío escurridizo que a veces me hace cosquillas en los pies para despertarme.
Aunque aquí las hojas son de un color casi intransformable, muchas caen secas y nos regalan el placer de crujir sutilmente a nuestro paso apresurado.
Pero el otoño es nostálgico, me atrapa en un cíclico cuestionario filosófico que parece laberinto.
Como si me encerrara en un espeso estado de conciencia que pone alerta mis sentimientos y pasma mis movimientos. Al menos confío que este otoño pasará, como han pasado los otros y que el invierno me permitirá recuperar un poco de ingenua esperanza.
1 comentario:
Quedan pocos días de otoño, Salte a pisar las hojas del parque España. Si quieres te acompaño cualquier tarde y después un chocolate. Después de lo malo, no viene más que lo mejor. Lo sabes
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