Ayer en la noche seguramente pasó un inmenso camión de carga cerca de mi calle y eso provocó un largo baile ladeado que me despertó de golpe. Y como en la noche todo lo bueno parece más bueno y todo lo malo más malo, me asuste un montón.
Mi casa está absurdamente resguardada por cuatro puertas con llave, lo cual impide que salga a la calle en menos de 3 minutos, sobre todo si llevo niña en brazos.
Confieso que quise que alguien me rescatara, como superhéroe.
-Eso es antifeminista- diría mi padre (que insiste siempre en que no necesito protección porque yo puedo sola). Lo que es un hecho es que en momentos críticos se invoca lo imposible.
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