sábado, 13 de diciembre de 2008

DEJEMOS DE HACERNOS PENDEJOS (José Adolfo Ibinarriaga)


Junto con un grupo de personas estamos intentando lanzar un movimiento social, apartidista, sin fines electorales y que pretende a mediano plazo insidir en un cambio cultural en México. Partimos de que México no va bien: Jamaica y Estados Unidos nos ganan en fútbol; Brasil vende aviones a muchos países, incluyendo México, desarrollados con tecnología propia; Shakira es mejor que Paulina; la violencia asociada al narcotráfico ha cobrado más de 7 mil muertes en los dos años del gobierno de Calderón; se nos viene encima el impacto de la crisis financiera internacional y el regreso de cientos de miles sino de millones de paísanos que trabajan en Estados Unidos, entre otras muchas señales de que el país en el que vivimos dista de ser el país en el que quisiéramos vivir. En paralelo, hay esfuerzos notables de gente que ya se dejo de hacer pendeja, que trabaja todos los días y que no cierra los ojos ante las injusticias y arbitrariedades; no es cómplice de la deficiente cultura de legalidad que padecemos; articula organizaciones sociales; le da cabida en los medios a las buenas noticias y no sólo a las malas; que hace trabajo social y voluntario, entre otras muchas señales optimistas. Un punto de partida, recurrente, es echarle la culpa a los políticos de lo que le pasa al país, desde mi visión, las elites (políticas, económicas y sociales) son sólo el reflejo de la sociedad que representan; nuestros políticos no tienen porqué cambiar, están a toda madre (estar evaluados por debajo de la policía --en el caso del Congreso-- no es incentivo suficiente para cambiar) y no tienen porqué cambiar, entre otras cosas, porque la sociedad civil que tenemos ha sido muy débil. Queremos crear un movimiento social que empodere ciudadanos y que haga responsable a los ciudadanos del cambio: mientras nuestra sociedad civil siga permitiendo la conducta de nuestras elites, estás no tendrán por qué cambiar. Pico lo resume muy bien: "Entender que nosotros somos el problema y la solucion... Y que aunque nos de risa, es muy en serio". Mario definía algunas ideas de lo que buscamos: Dejar de Hacernos Pendejos (DHP) "es un estado de ánimo, una sensación de hartazgo, de cansancio y frustración. El objetivo es convertirlo en una actitud hacia la vida. Una nueva manera de vernos a nosotros mismos. (Que si queremos calidad en el servicio, ofrezcamos calidad; que si nos choca la corrupción no compremos pirata ni le demos dinero al de la grúa.) También es una manera de ver a los otros, de ser considerados - y no avanzar aunque esté el verde si vamos a impedir el paso. Es otra manera de relacionarnos con lo político, de pasar de la queja a la acción. DHP es un movimiento en construcción que va de abajo hacia arriba, sin una cúpula ni dirigencia. Se trata de ir encontrando aquello que nos duele, que queremos cambiar para después encontrar juntos las formas de expresión y de presión para provocar los cambios. Es horizontal porque en México hemos visto que todos los mesías fracasan, de derecha o de izquierda, en lo político o en la selección nacional. Es novedoso, no sólo por ser apartidista sino porque utilizará la tecnología como espacio de comunicación y de articulación. Se trata de cambiar el foco, asumir que el país está en un momento de definiciones: al mismo tiempo que asiste al G20, aparece en Fortune casi como un estado fallido y las notas de narcos mexicanos llegan lo mismo de Guatemala, que de Argentina y Australia. Es nuestro momento, y si no actuamos, podemos perder el país".

1 comentario:

ciudadano dijo...

Pues me parece muy interesante todo este movimiento. Pero creo que los problemas van mucho más allá de que si te pasas un alto o le das dinero al de la grúa o compras discos pirata. Esas son cosas menores (claro también deben corregirse) Pero en este país los problemas verdaderamente graves son por ejemplo, tener una educación tan pero tan deficiente, los monopolios que existen en diversos ámbitos de la economía, las altísimas tasas de interés que cobran los banqueros y que hacen inaccesible el crédito para la mayoría de la gente, la bajísima recaudación que existe (o si se prefiere la alta evasión de impuestos), por citar algunos ejemplos. Y para exigir cuentas sobre esos problemas tan graves hace falta tener algo más que entusiasmo: Hace falta tener conocimiento sobre lo que se está hablando