lunes, 22 de agosto de 2011

CUERPOS DE CORRUPCIÓN Mi articulo en el Universal

Desplazar el peso de la corrupción requiere extremidades múltiples y movimientos acoplados. Deben de ser poquísimos los casos en los que se realizan fraudes al erario público sin que varios funcionarios articulen hábilmente su complicidad. Por eso en las artes de la estafa es común que muchos acepten sin titubeo ser tapadera de malversaciones, a sabiendas de que la protección que ofrecen a otros les garantiza la propia.
Para muestra de estas prácticas rastreras tenemos la reciente exculpación del Auditor Superior del estado de Jalisco, Alonso Godoy Pelayo. Entre las múltiples acusaciones de las que es sujeto, está el hecho de recibir injustificadamente un bono de casi 10 millones de pesos adicionales a su sueldo; solapar el traspaso de 30 millones de pesos de la cuenta corriente del congreso a cuentas de cheques particulares de los coordinadores parlamentarios de la pasada legislatura; favorecer indebidamente a su suegro con un contrato por 5 millones de pesos para la compra de formas valoradas por parte del Congreso del Estado y solventar anomalías de las distintas dependencias gubernamentales a cambio de impunidad.
Las motivaciones que incitaron a los diputados de la Comisión de Vigilancia de la 59 legislatura de Jalisco para eximir y ratificar en el cargo a Godoy, deben responder a su sentido de supervivencia para garantizar que, si ellos cometen alguna falta administrativa, ésta sea ignorada en compensación por su apoyo incondicional. A leguas podemos ver el encubrimiento en el reporte que presentó el auditor sobre el monto total que sumaban las irregularidades en las finanzas del congreso local jalisciense por 86.68 millones de pesos, en contraste con el monto reportado por la auditoría externa practicada por la empresa Russell Bedfort que encontró irregularidades por un total de 292.68 millones de pesos.
Hay varios motores que permiten que muchas patas de este animal lo hagan avanzar. En esta lógica de colaboración, tanto el gobernador Emilio González Márquez como el líder del grupo Universidad de Guadalajara, Raúl Padilla López, o incluso el ex gobernador y actual diputado Francisco Ramírez Acuña, han aceitado bien las bisagras para la exculpación del auditor. La mayoría de los integrantes de la Comisión de Vigilancia que asumieron el costo político fueron priístas y perredistas. Las omisiones de la débil oposición panista no alcanzaron para detener la impunidad.
De algún modo, el centralismo que les estorba a las autoridades estatales para los asuntos de distribución de recursos y reconocimiento mediático, les conviene cuando se trata de controlar la información en sus diarios locales y contener la indignación entre los linderos que dominan. Desafortunadamente, la reproducción promiscua de estas prácticas de corrupción y opacidad sucede en muchos estados de la República. Tendremos que evidenciar a nivel nacional las caras, nombres y artimañas de quienes hacen caminar a una rata inmune al desprestigio, con potentes anticuerpos contra los juicios y las denuncias ciudadanas. LEER COMPLETO AQUÍ

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